lunes, 2 de marzo de 2015

El peligro de lo conocido o la virtud de lo nuevo


Hoy quisiera compartirles una serie de reflexiones que surgieron a partir de los temas tratados en la clase de Educaión Artística y TIC. La profesora compartió con nosotros una lista de vídeos que ponían en relación a la Internet , los software privados (Microsoft) y los software libre (Linux). Esta información fue bastante esclarecedora para mi, ya que como ciudadana moderna me encuentro constantemente conectada a la Internet al mismo tiempo que hago uso de los medios informáticos, y esta información recién adquirida me ayudó a comprender, un poco más, los juegos de poder y el enorme trabajo que se oculta tras la pantalla de mi computador.

Es sorprendente, por ejemplo, la manera en que llegamos a naturalizar el uso de un sistema operativo, como el de Microsoft . Mi computadora vino con este software propietario y yo tuve que aprender a operarlo desde allí; puede que no sea el más fácil de usar o el que se adapte mejor a mis necesidades pero es con el que vino mi computador y es el que estoy acostumbrada a utilizar. Esto me hace pensar en el adoctrinamiento al que nos someten empresas como Microsoft. Con sus licencias y actualizaciones constantes regulan los procesos mediante los cuales, un usuario de la red, se relaciona con la información, asegurando así que las necesidades del usuario se traduzcan continuamente en dinero para ellos.

Windows puede ser considerado como esas ventanas que nos dan acceso al conocimiento, y su monopolio del mercado ha logrado que hasta el momento muchas empresas y usuarios sigan siendo fieles a la empresa solo por las condiciones a las que están acostumbrados. De tal manera que asumimos, casi acorralados, el costo adicional por ciertos programas y sus actualizaciones, o más importante aún, cedemos ciegamente la posibilidad de intervenir, de forma libre, en un sistema operativo que esté más a nuestro alcance.


Este es precisamente la gran oferta que GNU Linux  le hace a los usuarios interesados. Creando una comunidad de software libre que funciona de manera colaborativa, Linus Torvalds (1969) revela su código fuente y lo pone a disposición de todos aquellos programadores libres que lo deseen modificar según sus necesidades, pero siempre y cuando dichas mejoras o modificaciones también sean liberadas en la red sin licencias privativas.

Esta filosofía de trabajo se opone por completo a la manera tradicional de concebir los sistemas operativos. En Linux, la colaboración se sobrepone al lucro privado, las ganancias que se obtienen son por los servicios que se ofrecen a los usuarios y no por la producción de nuevos/viejos programas.  

Su comunidad de software libre me hace pensar que realmente no tenemos que ser genios en la informática para hacer de nuestra navegación por la Internet un hecho consiente y políticamente activo. Probablemente no nos interese modificar un código fuente o crear nuevos programas, al fin y al cabo unos utilizarán Linux y otros Michosoft, pero la conciencia de que se puede crear una comunidad con ideales justos me da valor para compartir mis propias ideas y la oportunidad de confiar en los demás.


imagen por Eleanor H







3 comentarios:

  1. Ana en tu entrada encuentro la misma reacción que creo que todos hemos vivido al momento de que se nos entrega algo gratuito, hasta hacemos fila y lo recomendamos a otros, sin embargo, en mi opinión habría que mirar con cautela lo del software libre y analizar su inferencia en nuestro comportamiento pues, y a modo de ejemplo, esas aves que parecen volar libremente en la imagen que elegiste, no pueden volar lejos porque están atadas al maíz que les proveemos de gratis, las mascotizamos.
    Yo soy desconfiado con lo polarizado, no creo que la solución a lo privado sea lo libre, pienso que es mucho más natural y provechoso para el desarrollo sin vicios del individuo, la justa competencia pagada.
    Un cordial saludo.

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  2. Ana en tu entrada encuentro la misma reacción que creo que todos hemos vivido al momento de que se nos entrega algo gratuito, hasta hacemos fila y lo recomendamos a otros, sin embargo, en mi opinión habría que mirar con cautela lo del software libre y analizar su inferencia en nuestro comportamiento pues, y a modo de ejemplo, esas aves que parecen volar libremente en la imagen que elegiste, no pueden volar lejos porque están atadas al maíz que les proveemos de gratis, las mascotizamos.
    Yo soy desconfiado con lo polarizado, no creo que la solución a lo privado sea lo libre, pienso que es mucho más natural y provechoso para el desarrollo sin vicios del individuo, la justa competencia pagada.
    Un cordial saludo.

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  3. No noto ingenuidad en la entrada de Ana. Creo que es clara al exponer cuáles son las exigencias que se les hacen a quienes usan el software libre y hacen parte de esta comunidad.

    En este caso creo que se está interpretando gratuidad con asistencialismo. Y concuerdo en que este último es perjudicial con la construcción de una sociedad justa y con oportunidades

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